Hoy viajaba en el colectivo, cuando vi un afiche en la calle que me hizo recordar y reflexionar, tal como acostumbro hacer en los largos viajes que disfruto en el bondi...
Muchas veces pareciera que ciertas cuestiones se esforzaran por complotar en nuestra contra. Automáticamente, recuerdo la época en la que estábamos todos -o la gente mas cercana a mi- conmocionados por la llegada de Sabina a tocar en nuestro país. Luego de reunir al grupo que me acompañaría al recital, me ofrecí para comprar las entradas.
Llegó el día de venta, y uno de los puntos donde se "podían conseguir entradas" era en el Centro Comercial en el que me encontraba trabajando en ese tiempo. Por ese motivo, pensé: "tengo la credencial del shopping... voy a ir a las siete de la mañana, asi consigo entradas, si o si." Llegado el momento, al entrar al patio de comidas, me encontré con una interminable fila que rodeaba al predio, llegando casi hasta la escalera mecánica. Habían abierto la entrada del centro comercial durante la noche, para la gente que quisiera concurrir para obtener una mejor ubicación en la cola. Demás está explicar lo que ocurrió: regreso a mi puesto de trabajo desilusionada y bastante enojada.
Hace algunos días, volví a experimentar esa sensación. Habíamos arreglado para ir al recital de NoTeVaGustar. Una semana antes, concurrí nuevamente aceptando la responsabilidad de conseguir las entradas. Luego de permanecer en la fila inamobible durante una hora, me acerco a la ventanilla a preguntar que era lo que estaba ocurriendo, para lo que recibo la respuesta de que "se había caído el sistema". Me retiré, pensando: "Mañana vuelvo"
Al día siguente, tras el largo viaje en tren y colectivo, llego espectante a la ventanilla. No había nadie. Emoción... y recibo la tan inesperada respuesta: "NO HAY MAS ENTRADAS."
Evidentemente, algo está pasando: o todo conspira en contra mía, o debería aceptar que talvez ya no estoy en edad de seguir haciendo pogo en un recital...